en algún día de febrero de un año cualquiera
Pensó que nunca más podría volver a enamorarse; que aquella fuerza e intensidad con la que alguna vez amó no tendrían cabida en su corazón una vez más. Cuán ingrata se sentía... Pero toda su vida fue así: un recuerdo constante de las dulzuras del pasado. Amar era un riesgo; era retractarse de promesas del ayer, a exponerse a nuevas decepciones... Era aprender que alguien que lo fue todo ya no lo es más y que nada de lo que pudo ser, será. Desprenderse. Lo cierto es que ya se encontraba soñando con otros ojos, otras manos... fantaseaba besar otros labios; unos más dulces, más suaves...
domingo, 19 de agosto de 2018
Ahora cuestionaba la ternura de su propia voz y seguido se encontraba esquivando palabras de amor. Notaba que ya no miraba igual; que apretaba menos en cada abrazo y sus mejillas ya no encendían al calor de sus caricias... Da miedo darse cuenta que por más que quieras quedarte, tu lugar ya no es aquí.